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sábado, 25 de enero de 2014

El solomillo de la abuela, insuperable

Ingredientes para 4 personas:

+ 1 solomillo de cerdo (en torno a 3/4 kg)
+ 4/5 ajos
+ 1 cebolla 
+ 1 zanahoria 
+ 1 puñado ciruelas pasas
1 vaso de vino blanco (con oloroso queda genial también)
+ Sal gorda
+ Aceite de oliva 

Tiempo de preparación: 30' 

Qué os puedo contar del "solomillo" que no sepáis. Siendo este una pieza, habitualmente, extraída de vacas y cerdos, localizada entre las costillas y el lomo. 

Según sea cerdo (nuestro caso) o ternera variará en cualidades, propiedades, tiempos de cocción y...precio. Por lo general, ambos, de una calidad excepcional.

"De la abuela", porque es abuela la mujer que nos ha facilitado la receta. Esa mujer que, por un vasto período de tiempo fue niña para, tras madurar bien con el paso de los años convertirse en médico y, al poco, en madre (en hasta seis ocasiones). Para, de un tiempo a esta parte y tras grandes esfuerzos, alcanzar la más alta distinción del ámbito familiar...ser abuela; de momento, de cinco enanos adorables. Un proceso nada sencillo, lo puedo asegurar pues, tengo la suerte de haberlo vivido muy de cerca. 

Es receta de la abuela y a las abuelas no se les cuestiona. Se confía plenamente en ellas porque en su interior reside la verdad. 

Muchas gracias a las "abuelas" y a su inigualable cocina.


Y ahora...¡delantal y al lío!

Para empezar, ponemos a calentar aceite de oliva en una olla con buena altura. Al aceite, ya caliente, incorporamos los ajos (enteros, con la piel), a los que haremos un pequeño corte.

Con fuego fuerte, introducimos el solomillo de cerdo para marcarlo en toda su superficie. 


* Marcar/sellar la carne no es más que dorar con aceite de oliva cada una de las caras de la/s pieza/s que queramos cocinar para que, en su posterior cocción, mantenga todo el jugo en su interior. Debe hacerse como paso previo (no sólo en este plato, en otros muchos también. Así que, ¡apúntalo!) y en el mismo recipiente en el que vayamos a llevar a cabo, acto seguido, nuestro plato.

Una vez sellada la carne, la sacamos y la dejamos en el banquillo. En la segunda parte le daremos unos cuantos minutos para que siga disfrutando del partido, digo...receta.

El aceite, que ha ganado en color, olor y en sabor gracias al marcado de la carne, se sigue cocinando con los ajos.

Cortamos la cebolla en juliana y la incorporamos inmediatamente. Junto a ella, la zanahoria (en rodajas), las ciruelas y tapamos. Fuego medio y a esperar a que se cocine bien todo. 

Es el momento de abrir una cerveza fresquita o...quién sabe si de descorchar un buen vino, tinto claro. Con la carne, tinto.

Cuando tengamos listo el sofrito, llamamos al linier porque el solomillo, una vez cortado en medallones, ya estará de nuevo preparado para saltar al terreno de juego (en nuestro caso, de sección circular y con asas). 

La carne se merece un buen baño de vino blanco u oloroso, lo que tengamos por casa. Completamos el asunto con agua hasta que cubra cuasi la totalidad de los medallones. Tapamos para que la cocción sea la prevista y...esperamos a que el chef (vosotros mismos) establezca un tiempo prudente de cocción, nunca superior a veinte minutos. El solomillo, a diferencia de la cinta de lomo, al ser más tierno (y más caro...) tarda menos en hacerse.


Durante el proceso podemos ir preparando el puré de patatas (maridaje que nosotros hemos elegido), patatas fritas, patatas panaderas, a lo pobre o cualquier acompañamiento que creáis que vaya de la mano con esta maravillosa carne.





Sólo me queda recomendar una buena compra de pan...y a mojar.




Blog appétit!

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